lunes, 26 de octubre de 2009

UASD publica libro de poesías “25 Horas de Cada Día”, del profesor Guillermo Sánchez


La Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) puso en circulación el libro “25 Horas de Cada Día”, una obra de poesías escrito por el profesor Guillermo Sánchez, dentro de la conmemoración del 471 aniversario de la academia.

La actividad se realizó en el paraninfo de la facultad de Ciencias Económicas y Sociales, con la presencia del vicerrector de Extensión, licenciado Rafael Nino Féliz, en representación del rector Franklin García Fermín y el profesor Ramón Desangles, vicedecano, delegado por el maestro Juan Antonio Cerda Luna, decano de la referida unidad académica.

También el profesor Milcíades Díaz Santil, prologuista de “25 Horas de Cada Día”; el director de la Escuela de Contabilidad, maestro Norberto Hernández; profesores, empleados y estudiantes que acompañaron a Sánchez a poner a disposición del pueblo una obra cuyo contenido contribuye a la formación de conocimientos culturales a través de la poesía.

El profesor Guillermo Sánchez nació en San Cristóbal, en el Sur de la República Dominicana. Crea por primera vez, bajo las orientaciones del maestro Servio Uribe, el Grupo Coral “Calíope”. También funda y dirige en Haina el Segundo Grupo de Poesía Coreada del país. Es Profesor durante 27 años en la UASD en las cátedras de Sistema y Contabilidad General de la Escuela de Contabilidad de la facultad de Ciencias de la Salud.

“25 Horas de Cada Día”, de 75 páginas, contiene entre sus poesías “Lo que eres”, “Satisfacción”, “Te pido poco o mucho”, “El más allá”, “Tu espacio”, y “Flores Marchitas”.

En el prólogo de la obra, el profesor Díaz Santil señala: “Se dice que la vida de un poeta nace por primera vez cuando publica algunos versos, pero como Guillermo Sánchez no nace precisamente ahora sino cuando inmerso en las turbulencias de los aspectos políticos, artísticos y culturales posterior a la muerte de Trujillo, comienza a escribir por primera vez versos en su ciudad natal, San Cristóbal, dando a conocer sus poemas: “Te pido poco o te pido mucho”, entre otros”.

Conforme el prologuista, el poeta hace de los sentidos un imán que atrae las sensaciones, emociones y pasiones de donde fluye la reflexión que lleva a la creación del texto generado por el pensar inmerso dentro de su propia realidad.

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